
La urbanización ofrece el potencial para nuevas formas de inclusión social, incluyendo una mayor equidad, acceso a los servicios básicos y nuevas oportunidades, así como mayor movilidad que refleja la diversidad de ciudades y países a nivel planetarios. Para combatir la exclusión urbana se requiere compromiso político y mecanismos e instituciones que faciliten la inclusión, tales como participación ciudadana, rendición de cuentas, acceso universal a los servicios básicos, y una adecuada planificación urbana. Aspectos como el mejoramiento de derechos y protección para los migrantes y refugiados, ciudades más seguras y la protección a la cultura urbana son claves en este sentido.